jueves, 20 de diciembre de 2012

Segundo


Hace casi dos años y medio, mientras salía de la sala de partos con la analgesia aún en mis piernas, recibía un saludo-consejo-casi-mandato de la gentil enfermera que ayudó a nacer a Joaco: “Te esperamos dentro de dos años para la nena.” Apenas me sonreí y creo haberle respondido “Dale”. Como quien se encuentra con un viejo amigo en la calle y le dice “Te llamo y almorzamos”. O sea para quedar bien, pero no lo llamás nunca.

Lo que sí recuerdo es que a la semana, estaba 100% convencida de que no sería tan pronto. Pero después de tanto tiempo una se olvida de las noches en vela, la teta cada 2 horas y media y los murales de puré en las paredes, porque lo que permanece en la memoria son las sonrisas, los abracitos, y los dulces mamá que nos despiertan cada día. A la par, sentimos que a lo lejos suena virtualmente el reloj biológico en nuestra cabeza cuando soplamos las 35 velitas, y mbue... nos lo planteamos de otra manera.

Y recordando esta sentencia, viendo a Joaco jugando solo en su cuarto, rememorando viejas andanzas con mis dos hermanos y escuchando cada vez más seguido ese fatal “Y el segundo para cuando” nos embarcamos inconcientemente en la búsqueda del famoso hermanito. Esta vez mucho más relajados, suponiendo o vislumbrando que conocíamos por lo que íbamos a pasar y por supuesto queriendo que Joaco disfrutara de esa maravillosa sensación de tener un hermano. Un amigo, confidente, compañero de vida. Alguien con quien charlar antes de dormir. Quien te haga un lugarcito en la cama cuando hay tormenta. Alguien a quien pasarle la ropa. Con quien aprender a compartir los juguetes, los amigos, los padres. Y a este punto va el post.

Porque si bien todos te cuentan de los celos que van a surgir entre hermanos, jamás pensé que fuera tan pronto. Antes de mirar el resultado del Evatest, Joaco ya estaba insoportable. Se convirtió en un ataque de nervios permanente. Un pegoteo desmesurado conmigo. Unas patadas o manotazos a la panza cada vez que puede. Es más, si fuera nena creería que le vino o le está por venir, porque le surjen de la nada unos altibajos emocionales, típicos del prototipo de mujer histérica. En segundos y sin motivo aparente se largan un llanto propio de un golpazo y al toque por la misma razón (o sea ninguna) se matan de risa.

Esta situación me llevó a reflexionar sobre cómo serían los primeros días del/la segund@ -al día de hoy no sabemos qué será- . ¿Te diste cuenta que el segundo ya tiene competencia antes de conocer el mundo? Encima, no se le presta ni la mitad de atención que al primero. Yo personalmente, no leo cada noche el diario de un embarazo para ver qué le pasó hoy. Ni le ponemos música tan seguido. Ni sigo la dieta como antes. Y aunque trato de caminar siempre que puedo, no hago gimnasia como antes. Además de tener que levantar a Joaco cuando se empaca. Y tantos “ys”... que me ataca la culpa y siempre que puedo trato de ser ecuánime. Sobretodo porque yo siempre me quejé de esa desigualdad entre el primero y el segundo. Pero es casi imposible. El de afuera demanda como si supiera que se le termina el reino pronto. Y el/la de adentro ni se imagina lo que le espera. Una vida plagada de comparaciones “Es más largo, gordo, lindo, tranquilo... y demás guachadas... que Joaco”, un guardarropas de feria americana (incluso si es nena), un carrito, huevito, cuna y hasta juguetes usados... ¿A los cuantos meses conoce “el olorcito a nuevo”?

Ahora, si los médicos saben que a los chicos de 2 les cuesta este tema, me podés explicar ¿porque demonios te joden para que tengas otro a los 2? Obvio ¡¡Para joderte la vida!! Porque ellos lo traen al mundo pero el que se lo banca todos los días sos vos. ¿Cómo harán esas mega familias que se les ocurre tener 5, 6, 7 y hasta 8 pibes? ¿Tan masoquistas son? ¿Será verdad que del tercero en adelante se cría solo? ¿Hay una edad óptima para tener al segundo? Yo ya estoy al horno, pero por si te sirve te cuento. Muchos artículos de internet dicen que lo mejor es antes de los 2. Pero con lo que me costó a mi adaptarme a esta nueva vida, esa no era opción. Otras mamás que de 2 a 4 está bueno para que jueguen juntos y compartan más cosas. Pero bancate la época de los berrinches de los 2. Porque con un embarazo le estás dando una razón más que valedera para que se encapriche con pavadas. La última es que sean más grandes y probablemente te pidan ellos un hermanito. Aunque indefectiblemente surgirán los celos en algún momento.

En síntesis, “si te gusta el durazno, bancate la pelusa.” No leas tanto, ni te informes en demasía, ni le rompas tanto al pediatra, la maestra y el obstetra con preguntas sin respuesta. Recordá a aquellas madres inmigrantes de principios de 1900 que tenían entre 10 y 13 hijos. Seguro que jamás se plantearon todo esto. ¡Y sobrevivieron!

martes, 18 de diciembre de 2012

Saldando deudas

Hace demasiadas semanas que http://estaquetepario.comhttp://apuntesdeunarookiemom.com me dejaron el "armoso" regalito de nominar a Terapia de Primerizas como loc@ por tu blog

Orgullor aparte del sorpresivo premio, cumplo con misión de sumar nominaciones y ayudar a que se viralicen más blogs de mamás blogueras y así nuestras ideas revolucionarias viajen de post en post. Gracias a este premio descubrí blogs maravillosos de madres verborrágicas, agotadas, reflexivas, llorosas, de a ratos culposas, artistas pero sobretodo realistas, que además de escribir muy bien, me han hecho reír y sentirme muy identificada con sus posteos. Sinceramente, me hicieron sentir que no soy la única que sigue con las hormonas alteradas. 

Es por todo ello que a continuación les dejo 6 Blogs amig@s que recomiendo leer y comentar:





Si sos una de las blogueras elegidas, acordate que al nominar no podés incluir al Blog que te premió, y que deberás avisar con comentarios a los blogs que elegiste premiar.

VAMOS MAMÁS BLOGUERAS.... Al infinito y más allá!!! ;-)   

viernes, 26 de octubre de 2012

Es de plástico, hágala de goma.


Esta famosa frase que cerraba un aviso de Angelo Paolo (delata mi edad!), escrita por Ernesto Savaglio (uno de los más grandes creativos argentinos, multipremiado mundialmente) volvió hoy a mi mente, cuando al navegar la web Dscuento Argentina y le quería comprar todo a Joaco. Lo más curioso es eso. Por un instante caí en la cuenta de que esa felicidad indescriptible una antes de ser madre sentía a comprarse ese vestidito que te llamaba de la vidriera y te decía “te debo quedar pintado” hoy lo sentís cuando le compras ropa, juguetes o cualquier cosa a tu hijo.

Quedaron muy atrás esos viernes y sábados de soltera en los que te caminabas todo el centro buscando el pantalón que mejor te quedara para salir a bailar. Hoy, quien maneja nuestra vida es el reloj. Si sos prolija tu agenda. Y si sos techi, tu smartphone. Tenés 30 minutos para almorzar, 20 para depilarte, 15 para maquillarte en el subte y festejás cuando los shoppings abren 24 para las fiestas, porque podés salir de compras tipo 23:00, después que el nene se durmió bah.

La cuestión es que entré en Dscuento.com (el sitio que reúne todos los cupones y ofertas del resto de los portales y tiendas online de compra) porque lamentablemente no tenemos un octavo día en la semana como proponía cerveza Quilmes con el día Osvaldo (otra publicidad) y es como recorrer un shopping de descuentos online, sin moverme de donde esté. O sea. A ver si me explico. Vos podés estar esperando el turno del dentista y comprate un vestido de Las Oreiro. Podés estar trabajando a su vez, comprándole esa camisita de Cheeky que le debe quedar divina. Y lo mejor: con importantes descuentos, sin traspirar dentro de los probadores ni escuchar llantos interminables de tu hijo -que no le gusta salir de compras-.

Por eso madre amiga, ganale al tiempo. Agarrá tu tarjeta y sentí esa satisfacción adolescente comparndote todo. Total... es de plástico pero la podés hacer de goma. 

viernes, 5 de octubre de 2012

Me hacés bien


A principios de agosto se cumplieron 9 años de la partida de alguien muy importante para mi: mi abuela. Y aunque el tiempo ayuda a aceptar lo inevitable, se la sigue extrañando mucho. y lo comparto acá porque creo que desde que nació Joaco la tengo o la siento más presente que nunca. Tal vez porque ella llegó a ser una especie única -hoy en extinción- de madre-niñera-abuela cumpliendo los tres roles a la perfección.

Más de una vez cuando Joaco me saca con sus caprichos me pregunto y de algún modo le pregunto ¿Cómo hacía Doña Paula para lidiar con tres bestias como nosotros? Y no solo no huir detrás del primer vendedor ambulante que tocaba timbre en casa, sino además volver cada mañana con una sonrisa e incansable vocación, a cuidarnos y a su manera criarnos.

¿Habrán sido sus 10 hermanos menores los que la dotaron de su inagotable paciencia? Lo dudo. Por algo ella solo tuvo dos hijos. Pero lo siempre me llamó poderosamente la atención era su paz interior y su forma no violenta de dar a conocer sus deseos. Tanto, que bien podría haber sido hija de Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta. Por la fuerza de sus convicciones, su perseverancia y tranquilidad para llevar a cabo las empresas más imposibles: acompañar a su marido en la tienda, ayudar a la comunidad de un pueblo chico y hasta vender todo para seguir los destinos de sus hijos.

¡Cómo me hubiera gustado que Joaco la conozca! Que ella fuera una imagen vívida para él, más que todas las hisotrias que le cuento. Recuerdo frases y gestos maravillosos como “Vos no sos malenseñado sino malaprendido” (impecable claridad de concepto para quien apenas completó 2do grado). O sus suaves caricias en la cabeza que aún hoy transmiten su serenidad. Hace poquito viendo una de sus últimas fotos, vino a mi mente una de las últimas charlas coherentes que tuvimos -cada tanto su mente la llevaba de viaje a otros años y mejores recuerdos de su pueblo-. Era una tarde en su casa, cargaba una manta de hilo que yo adoraba. Me la entregó en brazos y me dijo “Llevatela, te la regalo” (a veces creo que suponiendo lo que iba a pasar). Sorprendida la miré sin contestar y ella agregó: “Me hacés bien.”

lunes, 16 de julio de 2012

¡Feliz feliz en su día!


Cumpleaños I
Y sí. Aunque no me guste se ve que yo seré de esas madres historiadoras. Una mezcla de mamá Cora y Felipe Pigna que te hace el twitter del día en que naciste, pero en verbal. Para que lo sepan todos. Si es que el año anterior no te escucharon no? Arranco siempre con el famoso “A esta hora estaba saliendo para el Hopsital...” Al rato sigo: “A las 10 estaba en pleno trabajo de parto...” una pasadita de factura: “Vos naciste a las 12 pero a mi no me dejaron almorzar hasta las 5 de la tarde... Y algo que seguro tratará en terapia alguna vez: “Cuando el médico te dejó arriba mío estabas super morado, con cabeza de huevo y el pelo largo negro, después te prendiste a la teta...” (Imagino palabras de Joaco “Basta mamá, demasiada informacioooon”). Pero guarda. Tal vez hacemos terapia familiar porque esto es hereditario. Mi papá, antes de que naciera Joaco escribía en facebook y/o me llamaba y me contaba cómo fue mi nacimiento. Es el día de hoy que pasa cerca de la clínica y me dice “Ahí naciste vos”. Como esperando que una diga y/o haga algo más que decir “Ah!” (:-S). Por eso yo me juré y rejuré no hacerlo con Joaco. Pero te juro (no confien en mis juramentos) que no puedo. Surge. Son las 23.58 del día anterior y una quiera o no está rememorando ESE día en el minuto a minuto. Y cree que tal vez contándoselo a quien también fue protagonista se emocione como una. Yo elijo pensar que es como dicen los psicólogos. Que uno al recordar vuelve a vivir ese momento evocado y ¿quién no quiere revivir el nacimiento de un hijo una y otra vez?

Cumpleaños II
Hace unos pocos días festejamos el cumple de Joaco para el que durante dos meses visitamos casitas, pedimos presupuestos, mangueamos torta, encargamos souvenires, compramos ropa y mil etcéteras. El bello durmiente a 10 miunutos de empezar oficialmente su cumple en una casita alquilada y con todos los amigos esperando se dejó seducir por Morfeo y no había Cristo que lo despierte. Lo sarandeamos un poco, disfrazamos (vestimos pero para la ocasión) y allá fuimos, Obvio como todo ser humano que quiere dormir y no festejar algo que todavía no entiende estuvo berrinchoso tooda la tarde hasta.... Sí! Adivinaste! Hasta que terminó el cumple y cada invitado se fue a su casa. Moraleja: no festejes nada hasta que te lo pida. Es un desgate enorme de plata, esfuerzo y entusiasmo tirado a la basura.

Cumpleaños III
Por esas vueltas de la vida y misterios de universo como la reproducción del mosquito anófabo, mi bebé decidió nacer apenas 6 días antes de mi cumpleaños. (Si estás buscando bebé no dejes de leer esto y hacé bien las cuentas antes de escribir a París). Es decir, de acá hasta que Joaco cumpla al menos 15, yo no voy a poder soplar velitas que no hayan sido apagadas, ni comer torta sin cortar (de Pocoyo, Autito, Ben 10 y cualquier otro personaje nefasto que vaya a surgir), ni hacer un festejo sin globos, ni charlar tranquilamente con amigos... es decir... tengo que asmuir que cumpliré años el mismo día que mi hijo, resoplaré sus velitas y abriré algún regalito escondido entre los suyos. Y que me alcance.  

jueves, 28 de junio de 2012

Terapia BLOG DEL DÍA

En días como éste pero hace dos años decidía abrir este blog para compartir con las embarazadas, madres y madres en potencia mis reflexiones, broncas, emociones, padecimientos, y sobre todo experiencias de hermosamente complicado mundo de ser mamá.

Al parecer el festejo de los 2 años se filtró y la gente del Blog del día nos regaló su premio http://www.blogdeldia.org/2012/06/terapia-de-primerizas/ y Quiqui para no ser menos nos regaló una noche de pesadillas y/o llanto que me llevó a una nueva reflexión.

Si los bebés (o de casi dos años ya podemos hablar de nenes) llora cuando tiene ganas, hace caca o pis cuando tiene ganas, se las ingenia (ya de grandecito no?) para trepar hasta donde están las galletitas y come cuando tiene ganas, prende la tele para que le pongas dibus, te lleva de la mano a su cuarto y te muestra los bloques o los autitos o los crayones para decirte que quiere jugar o pintar, estira la mano hasta llegar al cepillo de dientes cuando lo terminás de bañar y aunque juega más de lo que los limpia... algo hace. Hasta abre la heladera y saca la leche para que le sirvas. Con pibes taaaan avispados, despiertos, groososs... Alguien me puede responder ¿Por qué cuando tiene sueño NO se DUERME? 
Sé que tu comentario me va a dar una respuesta.

jueves, 21 de junio de 2012

La mamá de...


No es ninguna novedad para toda madre ande ahí del otro lado de la pantalla que una cuando gana un hijo o hija (la igualdad de género no conoce de límite de caracteres), pierde la figura, el sueño, el pelo (aunque algunos ganan canas verdes), salidas, libertades y mucho tiempo de pareja -entre otras mil cosas que se te ocurrieron mientras leías esto- , mbue dejame darte una mala noticia más: También perdés identidad.

Sí. Esa identidad que tantos años nos costó forjar. Después de aguantar tantos “vos sos la hija de...”, o en el coelgio cuando pasaban lista “vos sos la hermana de...”, o en cualquier cumpleaños, bautismo, velorio, reunión familiar, o simplemente viajando que -solo para dar charlar- te digan “vos sos la ahijada, sobrina, nieta, prima (complete con lo que más le gusta) de...”
Basta. Ya lo decía el ex Banco Río en una vieja pueblicidad “No hay nada más importante que un nombre.” Y aunque algunos padres modernos parecen que se ensañan con sus hijos, o por lo menos e nota que no todos eran queridos. Porque la verdad. Permitíme este paréntesis. ¿No es inhumano ponerle a un hijo Hipólito? Por más que venga del abuelo del abuelo del mismísimo prócer de la calle... ¡No da! ¿Pensaste que lo tiene que llevar toda la vida? ¿Pensaste en los gastes del colegio? Lo más suave que le van a decir es Hipo.

Pero volviendo a la reflexión inicial. Por si todavía no te diste cuenta. Vos dejaste de ser vos. Tu vieja que se peleó durante más de 9 meses con tu viejo para que te llamen como sos: perdió. Ya fue. Pereció. Kaput. Ahora desde la recepcionista, la maestra, la cocinera y hasta las amigas de tu “gordo/a” te llaman “La mamá de Joaco.” Posta que fue flasheante ver y escuchar a una personita concentrada en 90 centímetros de estatura mirandote a los ojos saludandote con ese nombre y preguntandote por tu hijo. Sinceramente sentí cómo se me caían 3 o 4 sotas encima. Viajé 20 años al futuro mentalmente y me vi en la misma situación frente a alguna harpía que se quería llevar al nene de casa. Ok. Volvamos. Tengo 20 años para asumirlo.

En fin. Resumiendo. Durante tus primeros 9 meses en la panza de tu mamá te llaman y desllaman (espero que exista el verbo) como se les va ocurriendo. Y vos estás desde adentro escribiendo y tachando tu cartelito que te vas a poner en con un alfiler en la camisa. Cuando nacés tu nombre dura entre uno y dos meses. Al toque te encuentran un sobrenombre que nunca está bueno (gordo, toti, popi, lechón, pompón y “algún día tengo que terminar el post”). Crecés y porfin podés hacerles saber cómo te gusta que te llamen. Y lo lográs hasta que algún tirano en la secundaria te rebautiza como “narigona, orejuda, tetota, puro culo como araña de techo... y demás atrocidades. Y finalmente desde que te formás profesionalmente hasta que sos mamá tenés un 50% de posibilidades de ser VOS, porque académicamente siempre te van a llamar por el apellido. Así que dale, sé vos o la mamá de, o la rusa, o todas a la vez y dejame un qué opinás acá abajo.

jueves, 16 de febrero de 2012

¿Dónde está Manolo?


El otro día buscando artículos de bebé por Google para ver si algo que se me ocurrió estaba o no inventado, llegué www.tablondeanuncios.com . Una página recomendable para todas mis amigas y seguidoras que viven en la Península Ibérica, del estilo de mercadolibre en Argentina.

Más allá de la inmensa variedad de cosas para bebés que allí se pueden encontrar, me llamaron la atención algunos nombres. Porque gracias las pelis de Almodóvar, De la Iglesia y algunas series (como Los Hombres de Paco y Cuéntame otra vez) que se repiten por nuestra tele, ya es archi-conocido que en vez de nene/a dicen niño/a, que a la mamadera le dicen biberón y que a las canciones de cuna le llaman “nanas”. Pero ¿Alguien sabía que a ciertos carritos le llaman Bugaboo? Sí. Si no fuera por Google que me muestra una foto creeríamos que es un salto en caída libre.

Otra genial es la “trona”. Lo que del otro lado del Atlántico se denomina a la sillita del bebé. Supongo que se ve debe llamar así porque todos los niños cuando son pequeños son los reyes (léase con i por favor) de la casa y por supuesto viven en el país donde todavía hay una monarquía.

Ahora, el más gracioso de todos fue el cuco. Lo que en Argentina se usa para asustar a los nenes y de alguna manera obligarlos a comer o tomar la sopa, en Europa es el monísimo portabebe de la foto. Decime si ese nombre no es lo más. Ya me imagino a la madre y/o el padre abriendo y cerrando la cortina, preguntándole al bebe (con tonada española) “Dónde está Manolo?. ¡Acá está!”

Pero como me gusta más borrar fronteras que crearlas. Te invito a dejarme tu vocablo curioso de un diccionario imaginario que podemos crear para -de alguna manera- acercar ambas orillas del “charco”.